Hornillos a gas y quemadores

Hornillos a gas y quemadores

Los hornillos a gas y quemadores son la solución ideal para bares y cafeterías con poco volumen de trabajo en sus cocinas.

Los hornillos a gas y quemadores son un clásico en las cocinas más antiguas que han ido dejando paso con los años a nuevos modelos de maquinaria más avanzada y, por tanto, más eficiente. Sin embargo, son muchos los negocios que aún aprovechan para trabajar con este tipo de hornos ya que son ideales para ellos por el poco espacio que ocupan y su bajo consumo.

Con el paso de los años, los pequeños hornillos han dejado paso a nuevas y flamantes cocinas industriales en bares, cafeterías y, sobre todo, restaurantes. Pero hay pequeños sectores dentro de la hostelería para quienes esos quemadores siguen siendo muy útiles: bares con poco trabajo en cocina, empresas de catering, hoteles para su buffet de desayuno, etc.

Es una solución que ocupa muy poco espacio y que tiene un consumo de gas muy bajo, lo que les hace muy útiles para todo este tipo de negocios. También se siguen usando en otras cocinas que, además de sus hornos habituales, tiene alguno de estos hornillos para cocinar a fuego lento ya que el sabor que conseguirá la receta de esta manera será exquisito.

Hay hornillos a gas y quemadores para todas las necesidades: desde un solo fuego a placas con hasta cuatro quemadores. Incluso para recetas tan españolas como las paellas están estos hornillos muy bien considerados, ya que pueden dar el calor exacto que se necesita para hacer una paella en su punto, dejando el resto de fuegos y hornos libres para cocinar el resto de pedidos.

Honillos a gas y quemadores que necesitan buenos trucos de limpieza

Tener estos hornillos a gas perfectamente limpios es una de las tareas importantes que se debe llevar a cabo en cualquier empresa de hostelería ya que, si se ensucian, pueden provocar obstrucciones de gas y, a continuación, llamas y escapes no deseados. Estos accidentes en la cocina se pueden evitar con una limpieza en profundidad, aunque hay varias maneras de hacerlo.

Lo normal es a la manera tradicional, es decir, con un estropajo de los de alambre y un paño de cocina de algodón. Se limpia cada pieza con el producto especial de limpieza para hornos, frotando bien con el estropajo de alambre y comprobando que no hay restos de suciedad. Después, se pasa el paño de algodón para retirar los restos de suciedad y se secan bien todas las piezas antes de volverlas a colocar.

Otra fórmula es con un pequeño truco de cocina. Hay que hacerse con bolsas de plástico para congelar con autocierre e introducir cada quemador y cada pieza en una bolsa por separado. A continuación, introducimos en cada bolsa un buen chorro de amoniaco, se cierra y se agita para que el líquido alcance toda la pieza. Después dejaremos las bolsas toda la noche en remojo y por la mañana sólo tendremos que tirar el líquido, lavar cada pieza bajo el agua y secarla y observaremos cómo toda la suciedad ha desaparecido.

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