De congelación

Armarios de congelación

Los armarios de congelación son indispensables en las cocinas profesionales en las que se trabaja con productos frescos y congelados.

Disponer de armarios de congelación en nuestro bar, cafetería o restaurante es totalmente necesario ya que en varios momentos a lo largo del día a día vamos a trabajar con productos congelados. Para poder hacerlo necesitamos disponer de maquinaria de primera calidad que conserve los alimentos a la temperatura indicada constantemente.

Existen armarios de congelación para cualquier necesidad: grandes o pequeños, de una, dos o varias puertas para facilitar el uso diario… Además, suelen estar equipados con resistencias antivaho para eliminar la condensación que se produce al abrir las puertas y con toda la tecnología necesaria para mantener los alimentos congelados el tiempo que sea necesario.

Los armarios de congelación se usan en bares y restaurantes, pero también en otras cocinas profesionales como las de colegios y hospitales y en diversos negocios como los de catering, donde cobran una gran importancia para no romper la cadena de frío.

También los podemos encontrar en el mundo de la panadería y la pastelería, que necesitan de bajas temperaturas, e incluso en el sector de la distribución ya que muchas tiendas de alimentación e hipermercados utilizan los armarios de congelación para guardar los alimentos en sus almacenes.

Armarios de congelación para no romper la cadena de frío

Si hay algo importante dentro de la hostelería respecto a la alimentación es la necesidad, por encima de todo, de conservar los alimentos en perfecto estado. Más importante incluso que servir un plato rico y sabroso es que lo que los productos estén en perfectas condiciones para evitar cualquier posibilidad de intoxicación alimentaria que podría acabar de un plumazo con nuestro negocio.

Para evitar esos problemas uno de los factores determinantes es no romper la cadena de frío, es decir, que un producto que necesita de una determinada temperatura no sufra oscilaciones que acaben con su vida útil. Por ejemplo, un alimento congelado que se descongela no se puede volver a congelar ya que se estropea y podemos provocar un grave problema sanitario.

Ahí entran en juego los armarios de congelación que pueden ser el último eslabón entre el productor del alimento y el cliente que lo va a consumir. Garantizando la cadena de frío estamos garantizando la calidad de nuestros productos y, por tanto, la salud de nuestros clientes.

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